sábado, 21 de abril de 2012

Titanic: LA BANDA SIGUIÓ TOCANDO

Hay muchos al escuchar titanic entra en ellos melancolía, otros piensa: naufrago y para otros tragedia.
  En la época se decía que este trasatlántico ni siquiera Dios lo podría hundir, era un imponente barco en el cual era una micro sociedad, de tres tipos de clases sociales, lujos ,etc.
A lo largo de la historia y aun hasta ahora se revela nuevos hallazgos de este barco que marco la historia, que su hundimiento, nunca se aclareció por completo, sino quedo una nube de interrogantes.
Pero que de Dios en esta trágico hundimiento de este barco imponente, Dios tiene el control de todo y da siempre nuevas oportunidades de salvación a la humanidad, este caso no es la excepcion del amor que tiene hacia nosotros desde el pastor John Harper que murió predicando el evangelio de salvación hasta el ultimo instante teniendo su vida de menos ante la obligación de todo cristiano de ganar almas para Cristo no importando el lugar, el tiempo, ni ninguna circunstancia, poniendo siempre su convicción, sus creencias y su fe en Dios primero. Como tengo siempre en mente una idea del ser humano que dice: "Los hombres y las mujeres se conocen en la tribulación, quienes son en realidad si son fieles, solidarios, verdaderos o si son hipócritas, cobardes, impulsivos, etc".
Un dato curioso que encontré sobre el Titanic fue la banda que iba abordo de este transatlántico, que nunca paro de tocar.
El escrito fue hecho por el poeta y periodista evangélico Steve Turner especializado en temas musicales  Se llama  The Band That Played On – La banda que siguió tocando– .
Trata de los ocho músicos que formaban la orquesta. Cuenta cómo se reunieron en el barco sin haberse conocido antes, unidos por una agencia formada por dos hermanos, que no eran de la compañía naviera. Así que no tenían obligación de seguir tocando. Venían de diferentes países y se habían criado en distintas iglesias, pero conocían bien los himnos que los supervivientes recuerdan que tocaban al final –aunque al principio tocaran músicas populares–.
La figura clave es sin duda su director, Wallace Hartley. Venía de una pequeña capilla metodista independiente en Colne (Lancashire) –resultado del Avivamiento evangélico, producido por la predicación de Wesley en el siglo XVIII, pero entonces divididos en cuatro ramas: libres, primitivos, independientes y wesleyanos–. Su padre era el fundador de la iglesia en ese pueblo, donde supervisaba la escuela dominical. Allí Wallace aprendió a tocar el violín, al unirse al coro. Su himno favorito era ¡Mas cerca, oh Dios, de Ti!


   “¡MÁS CERCA, OH DIOS, DE TI!” 
Basado en la historia bíblica del sueño de Jacob ( Génesis 28:10-22), llegó a ser especialmente popular en las iglesias protestantes , aunque fue escrito por una unitaria en un periodo de crisis. Sarah Flower Adams había tenido una educación ortodoxa, pero luchaba con dudas de fe, cuando escribió este himno en 1841, con música de su hermana Ella. Debido a ese trasfondo no trinitario, no fue incluido en el himnario bautista y metodista, pero sí que estaba en el metodista independiente de Hartley –de donde viene el error de Lord, que se inclina, según el testimonio de algunos supervivientes, por el episcopal Otoño, conocido también por su primera línea, Dios de misericordia y compasión –.
Aquí la puedes escuchar cantada por un coro:
Lo cierto es que el hecho de que sonara un himno, mientras se hundía el Titanic, se ha convertido en una expresión de futilidad en lengua inglesa. Es la imagen del extraño espectáculo de músicos cayendo e instrumentos volando por el aire, mientras las luces parpadean, hasta apagarse definitivamente. Sólo una lámpara de keroseno destellaba en el mástil más alto, mientras el barco se hundía...

Este cuadro, lejos de hablarnos de la ausencia de Dios, nos muestra la realidad de Aquel que está al control de todas las cosas. Es cierto que estamos en un barco, que muchos piensan que ni Dios mismo podría hundir. La vida nos enseña todo lo contrario. No tenemos en este mundo otra seguridad que la que Dios nos da. Él tiene la última palabra, y el control sobre nuestras vidas. Por eso podemos cantar:

 ¡Más cerca, oh Dios de Ti, más cerca, sí! 
 Aunque una dura cruz me oprima a mí. 
 Será mi canto aquí: ¡Más cerca, oh Dios, de Ti,  
 más cerca, sí! 

Si quieres escucharla con el track de la película:

Escrito por Steven Soriano-director Evangelio Mundo
evangeliomundo@gmail.com

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