viernes, 13 de enero de 2012

HISTORIA DE LOS CUÁQUEROS

Reproduzco el capítulo dedicado a los cuáqueros que se encuentra en el segundo volumen de "Historia del cristianismo", escrito por Justo L. González, y publicado por Unilit. Creo que, como introducción a los cuáqueros, os será suficiente. Entre paréntesis introduciré alguna aclaración que yo crea importante.
JORGE FOX Y LOS CUÁQUEROS.
Jorge Fox nació en una pequeña aldea de Inglaterra en 1624, el mismo año en que murió Boehme (Jacobo Boheme fue quizás el primer "espiritualista", pero estaba más cerca al ocultismo que al cristianismo en muchos aspectos). Sus padres, de origen humilde, lo hicieron aprendiz de zapatero. Pero a los diecinueve años, disgustado con las costumbres de algunos de sus compañeros, y sintiéndose impulsado por el Espíritu de Dios, abandonó su oficio y se dedicó a vagar por el país, asistiendo a asambleas religiosas de diversas sectas (es decir, distintas denominaciones) y buscando la iluminación de lo alto, al tiempo que se dedicaba a estudiar las Escrituras hasta el punto que se decía que las sabía de memoria(cosa que suelen ignorar los que le acusan de no basar sus doctrinas en la Biblia sino en la "inspiración" divina). Poco a poco se fue convenciendo de que, no sólo la religión tradicional de los católicos, sino también la de los muchísimos grupos protestantes, dejaba mucho que desear, y que buena parte de ella le repugnaba a Dios. 
Andando de lugar en lugar, a veces pasando hambre, otras en medio de angustias internas, y otras alentado e inspirado por sus experiencias religiosas, Fox fue formando sus convicciones contra todas las diversas sectas que pululaban entonces en el país. (De hecho Fox fue el "azote divino" contra los ranters, los cuales creían, entre otras barbaridades, que todo cristiano era como Dios)
Si Dios no habita en casas hechas de manos ¿por qué llamar "iglesias" a esos edificios en que las gentes se reúnen? Fox los llamaba entonces "casas con campanarios". Y todos los pastores que recibían salarios no eran sino "sacerdotes", por muy protestantes que fuesen, y "asalariados", aunque se llamasen pastores. Los himnos, los órdenes de culto, los sermones, los sacramentos, los credos, los ministros, todo era un obstáculo humano a la libertad del Espíritu.
Frente a estas cosas, Fox coloca la "luz interior". Esta luz es una semilla que existe en los seres humanos, y es el verdadero camino que debemos seguir para encontrar a Dios (inexplicablemente, el profesor Justo González no señala que los cuáqueros creen que esa luz interior es realmente Cristo, o al menos la luz que Cristo pone en cada corazón humano, como vemos en Juan 1:9). La doctrina calvinista de la corrupción total de la humanidad le parecía una negación del amor de Dios y de su propia experiencia. Al contrario, decía él, en toda persona queda una luz interna, por muy eclipsada que esté por el momento. A su vez, esto quiere decir que, gracias a ella, los paganos pueden salvarse (por supuesto, siempre que acepten a esa luz, que no es otro que Cristo, como guía de sus vidas). Empero esa luz no ha de confundirse con el intelecto ni con la conciencia. No se trata de una razón natural, como la de los deístas, ni tampoco de una serie de principios de conciencia que señalen hacia Dios. Se trata más bien de algo que hay en nosotros que nos permite reconocer y aceptar la presencia de Dios. Es por la luz interna que reconocemos a Jesucristo como quien es (como he señalado, Cristo es la luz que ilumina a todo hombre); y es también gracias a ella que podemos creer y entender las Escrituras (esto está relacionado con lo que se nos enseña en 1 Cor 2 y, sobre todo, con 1 Juan 2:27. Este último versículo ha sido uno de los pilares básicos de los cuáqueros). Luego, en cierto sentido, la comunicación con Dios mediante la luz interna es anterior a todo medio externo (Una de las historias mas bellas de la Biblia y más clarificadora de la doctrina cuáquera sobre la "luz interior" y sobre la capacidad de un no-creyente de conocer a Dios, es la que se nos relata en Hechos sobre Cornelio).
Aunque sus más allegados conocían algo del fuego interno que consumía a Fox, durante varios años éste se abstuvo de proclamar lo que creía haber descubierto acerca del verdadero sentido de la fe cristiana. Era la época en que existía en Inglaterra la multitud de sectas a que nos hemos referido anteriormente, y Fox asistía a muchas de sus reuniones sin sentirse a gusto en ninguna. Por fin, en una asamblea de bautistas, se sintió movido por el Espíritu y comenzó a exponer sus opiniones. Pronto tuvo varios seguidores, y no faltó quien tuviera visiones acerca de la gran misión que Dios tenía reservada para el nuevo profeta (más bien eran visiones sobre lo que iba a significar el nuevo movimiento que sobre el propio Fox, aunque también Fox era protagonista de varias de aquella visiones. Aquellas visiones se vieron cumplidas con creces, lo que da fe de su origen divino). Repetidamente, Fox se sintió movido por el Espíritu a hablar u orar en alguna asamblea religiosa. Frecuentemente de tales intervenciones surgían debates, en los que se mostraba firme y convincente (fruto de su dominio de las Escrituras). En ocasiones (muchísimas), sus palabras no eran bien recibidas, y lo golpeaban o echaban a pedradas (leyendo su autobiografía, es espeluznante el ver las atrocidades que se cometieron contra él y sus seguidores. Nada nuevo bajo el sol. A los primeros cristianos les pasaban también cosas así). Pero esto no le arredraba, y pronto se encontraba en otra "casa con campanario", interrumpiendo el culto y proclamando su mensaje.
El número de sus seguidores creció rápidamente. Al principio se daban a sí mismos el nombre de "hijos de la luz" (1ª Tes 5:5). El propio Fox prefería darles sencillamente el título de "amigos" (así es como gustan de llamarse los cuáqueros -Hech 27:3, Juan 15:14). Pero el pueblo, viendo que su exaltación religiosa era tal que temblaban, dio en llamarles "cuáqueros" -del inglés quake, temblar-, a la postre ése fue su nombre más común (No hay quien, no sin razón, opina que los cuáqueros eran los pentecostales de aquella época.)
Puesto que Fox y los suyos creían que toda estructura en el culto podía obstaculizar la obra del Espíritu, el culto de los "amigos" se celebraba (y se celebra) en silencio. Si alguien se sentía llamado a hablar o a orar, lo hacía. Cuando el Espíritu las impulsaba a ello, las mujeres tenían tanto derecho a hablar o a orar en voz alta como los hombres. El propio Fox no iba a tales reuniones preparado a decir un discurso, sino que sencillamente dejaba que el Espíritu lo moviera (no creáis que Pablo hacía algo muy diferente en muchas ocasiones). En ocasiones, aun cuando había numerosas personas reunidas para escucharlo, se negó a hablar, o a orar en voz alta, porque no se sentía movido por el Señor. De igual modo, los cuáqueros no creían en los sacramentos, pues decían que el agua del bautismo, y el pan y el vino de la comunión, hacían centrar la atención sobre lo material, y ocultaban a Dios en lugar de revelarlo (respecto al bautismo, su opinión era, y es, que somos bautizados en el Espíritu, a diferencia del bautismo en agua practicado por Juan el bautista y sus seguidores). Este fue el principal punto de conflicto entre los cuáqueros y los boehmistas, quienes continuaban usando de los sacramentos aunque llamándolos "ordenanzas". (Yo creo que las coincidencias entre los cuáqueros y los boehmistas son meramente tangenciales).
  Al mismo tiempo, Fox sabía que su énfasis en la libertad del Espíritu podía llevar a un individualismo excesivo. Repetidamente en la historia del cristianismo se han dado movimientos que han subrayado hasta tal punto la libertad del Espíritu para hablar en cada persona, que a la postre se han disuelto, pues sus miembros insistían en ir cada cual por su lado. Frente a ese peligro, Fox respondió subrayando la importancia de la comunidad y del amor. En las reuniones de los amigos no se sometían a votación los asuntos que se discutían. Si no se llegaba a un acuerdo, se posponía la decisión, a veces volviendo al silencio hasta que alguien recibiera una inspiración que resolviera la dificultad, y otras dejando el asunto para otra ocasión. De ese modo, cuando había algún desacuerdo, lo que se hacía no era ver qué bando lograba más votos, sino buscar una solución aceptable para todos. (Esa actitud de los cuáqueros es absolutamente admirable y es un testimonio del espíritu de tolerancia de esas gentes. Tened en cuenta que siempre buscaban la inspiración del Espíritu para solucionar cualquier problema. Eso era más efectivo que una simple votación) 
Las prédicas y prácticas de Fox y los suyos no eran del agrado de muchos. Los jefes religiosos (cual nuevos fariseos) no gustaban de estos "fanáticos" capaces de interrumpir sus servicios religiosos para discutir sobre las Escrituras o para orar en voz alta (Esos líderes ignoraban conscientemente que precisamente eso es lo que hacía Pablo cuando, al llegar a una nueva ciudad, lo primero que hacía era visitar la sinagoga de aquel lugar. Y no olvidemos la "interrupción" en el mismísimo Templo de Jesucristo). Los poderosos veían la necesidad de escarmentar a estos "amigos" que se negaban a pagar diezmos (Gal 5:4), a prestar juramentos (Mat 5:33-37), a inclinarse ante sus "mejores" (Santg 2:1-4), o a descubrirse ante cualquiera que no fuese Dios (la típica imagen del cuáquero era la de un hombre con sombrero, que no se lo quitaba ante nadie). Además, decían los cuáqueros, si tratamos de "Tú" a Dios, ¿por qué mostrar más respeto hacia nuestros semejantes? La dificultad estaba en que muchos de esos semejantes estaban acostumbrados a que se les rindiera pleitesía (Lucas 20:46), y la ausencia de ella les parecía una falta de respeto y una insubordinación intolerables.
En consecuencia, Fox fue maltratado repetidamente, y pasó un total de seis años en prisión. La primera vez fue encarcelado por interrumpir a un predicador que decía que la verdad última estaba en las Escrituras, y arguirle que estaba más bien en el Espíritu Santo que las había inspirado (fantástico argumento, por cierto). Otras veces se le encarceló por blasfemo, y otras se le acusó de conspirar contra el gobierno. En algunos casos se intentó librarle mediante un perdón por parte de las autoridades, y en esas ocasiones se negó a aceptarlo, diciendo sencillamente que no era culpable, y que aceptar un perdón sería por tanto faltar a la verdad (algo similar pasó en Hechos 4:18-20). En otra oportunidad, cuando estaba a punto de cumplir una condena de seis meses por blasfemia, se le invitó a unirse al ejército republicano. Fox se negó, pues no creía que un cristiano debía apelar a otras armas que las de índole espiritual (que era exactamente lo mismo que pensaban los cristianos hasta que llegó Constantino). La consecuencia fue una nueva pena de seis meses de prisión (por tanto, un año en total). A partir de entonces los cuáqueros se han distinguido por la firmeza de sus convicciones pacifistas.
Cuando no estaba preso, Fox pasaba parte del tiempo en su casa de Swarthmore, que vino a ser el cuartel general de los amigos. Pero el resto lo pasaba viajando por Inglaterra y el extranjero, visitando asambleas de cuáqueros y llevando su mensaje a nuevas regiones. Primero fue a Escocia, donde se le acusó de sedicioso; después a Irlanda; más tarde pasó dos años en el Caribe y Norteamérica; y por último hizo dos visitas al continente europeo (a Holanda y Alemania). En todos estos lugares el movimiento se extendía, y a la muerte de Fox, en 1961, sus seguidores se contaban por decenas de millares.
Esos seguidores fueron también perseguidos (por los "protestantes"). Repetidamente se les encarcelaba, acusándoles de ser vagabundos, de blasfemar, de incitar a motines, o de no pagar los diezmos (comparar con las acusaciones contra Cristo). Cuando, en 1664, Carlos II prohibió las asambleas religiosas, otros grupos continuaron reuniéndose en secreto. Pero los cuáqueros decidieron hacerlo en público, y millares de ellos fueron encarcelados. Cuando, en 1689, Jaime II promulgó la tolerancia religiosa, los cuáqueros contaban con varios centenares de mártires, que habían muerto en la cárcel. (Como veis, no sólo Roma es culpable)
El más famoso de los seguidores de Fox fue Guillermo Penn, cuyo nombre lleva el actual estado norteamericano de Pennsylvania. Penn era hijo de un almirante británico, quien se esforzó en proveerle la mejor educación posible. Pero mientras era estudiante, el joven Guillermo se hizo puritano. Después su madre lo mandó a Francia, donde estudió bajo célebres maestros hugonotes. De regreso a Inglaterra se hizo cuáquero en 1667. Algún tiempo más tarde, su enfurecido padre lo echó de la casa. Pero Penn no se arredró, sino que continuó dando muestras de sus convicciones cuáqueras, y hasta tuvo que pasar siete meses preso en la Torre de Londres. Se dice que en esa ocasión le hizo llegar al Rey un mensaje en el sentido de que la Torre era el peor de los argumentos para tratar de convencerlo, ya que, no importa quién tenga la razón, quien usa de la fuerza por motivos religiosos está necesariamente errado (lo cual es una verdad como un templo de grande). Por fin, gracias a la intervención de su padre y de otras personas de prestigio, fue libertado, y entonces pasó varios años viajando por Europa, escribiendo tratados en defensa de los amigos, y estableciendo un hogar.
Empero sus argumentos en pro de la tolerancia religiosa no eran bien recibidos y hasta se llegaba a decir que era jesuita, y que lo que deseaba era sencillamente devolverles a los católicos los privilegios que habían perdido (desde luego, algunos hacían el ridículo con esas acusaciones tan absurdas).
Fue entonces que Penn concibió la idea de lo que llamó su "experimento santo". Algunos amigos le habían hablado de Nueva Jersey, en Norteamérica. Puesto que la corona le debía una fuerte suma de dinero, y no estaba deseosa de pagarla en metálico, Penn logró que Carlos II le concediera territorios en lo que hoy es Pennsylvania. Su propósito are fundar una nueva colonia en la que hubiera completa libertad religiosa. Anteriormente otros ingleses habían fundado varias colonias en Norteamérica. Pero, excepto Rhode Island, la intolerancia reinaba por doquier. En Massachusetts, la más intolerante de todas, se perseguía a los cuáqueros, y se les condenaba a destierros, mutilaciones y hasta muerte (como botón de muestra os diré que una de las torturas típicas era taladrar la lengua de los cuáqueros. Por supuesto, todo en el nombre de Dios. Si eliminaban sin ningún miramiento a los nativos, no había ninguna razón para no eliminar a los que no eran de la religión "oficial" del estado). Lo que ahora Penn se proponía hacer era una nueva colonia en la que cada cual pudiera adorar como mejor le pareciera. Pero había otro elemento de ese "experimento santo" que lo hacía parecer todavía más descabellado. Aunque la corona inglesa le había concedido esas tierras, Penn se proponía comprárselas a los indios, que según él creía eran sus legítimos dueños, y establecer con ellos relaciones tan cordiales que no hubiera necesidad de fuerzas armadas para defender a los colonos (desde luego, si el modelo cuáquero hubiese sido el modelo a seguir en el resto de Norteamérica las cosas hubieran sido muy diferentes. Pero no fue así, sino todo lo contrario. No es extraño que prácticamente los únicos que tenían éxito evangelizando a los nativos fueron los cuáqueros). La capital del santo experimento llevaría el nombre de "Filadelfia", que quiere decir "amor fraternal".
Por muy descabellado que algunos dijeran ser el experimento de Penn, pronto hubo gran número de personas, no sólo en Inglaterra, sino también en otros países de Europa, dispuestas a tomar parte en él. Muchos de ellos eran cuáqueros, y por tanto los seguidores de Fox dominaron la vida política de la nueva colonia por algún tiempo. Pero no faltaron gentes de diversas persuasiones. Bajo la dirección de Penn, quien fue el primer gobernador de la nueva colonia, las relaciones con los indios fueron excelentes, y durante largo tiempo se pudo cumplir el sueño de Penn, de una colonia sin fuerzas armadas. Cuando, tres cuartos de siglo después de fundada la colonia -es decir, en 1756- el Gobernador les declaró la guerra a los indios, los cuáqueros se retiraron de sus cargos públicos. Pero la tolerancia religiosa que era parte fundamental del "santo Experimento" de Penn pasó a formar después parte de la Constitución norteamericana, y también de las de muchas otras naciones. (Lástima que no sirviera para evitar la legitimación del espíritu de violencia que podemos ver en la enmienda que permite a todos los norteamericanos poseer armas de fuego)

Ahí acaba el capítulo dedicado a los cuáqueros en el libor anteriormente nombrado. La evolución en los siglos posteriores de los amigos ha sido muy desigual. Hubo grupos de cuáqueros que acabaron dando cada vez más importancia a las "revelaciones" espirituales, en detrimento de las Escrituras. Incluso cuando esas revelaciones iban claramente en contra de la Biblia, se decía que había que creer en las revelaciones del Espíritu. Con eso, lo único que hacían era ignorar el hecho de que el mismísimo Fox utilizó la Biblia como legitimadora de todas sus dictrinas. Esos cuáqueros son lo que ahora se llama el ala liberal del cuaqerismo. Pero, gracias a Dios, en las últimas décadas los cuáqueros tradicionales vuelven a levantar la bandera que hace tres siglos fue alzada por un hombre de Dios. Quiero también destacar que los cuáqueros han recibido por dos veces el premio Nobel de la Paz y que su labor social de ayuda a los necesitados y de defensa de los derechos humanos es mundialmente reconocida. No en vano, elsistema penitenciario norteamericano, cuyas cárceles eran poco menos que lugares indignos para las ratas, fue modificado gracias a la labor de una mujer que era cuáquera.

"Este un logo de los cuáqueros en las regiones habla española.
Principalmente Honduras, Guatemala, El Salvador, Bolivia, México, Estados Unidos, etc.
Los Cuáqueros (Iglesia Evangélica Amigos) de honduras tienen misioneros en el pais asiático de Camboya. Con sus misiones de Predicar el Evangelio de            
                                        Cristo."
 Recordad que las frases entre paréntesis son comentarios míos y no del escritor del capítulo
Dios os bendiga 
Luis

La Religious Society of Friends es un movimiento religioso cristiano, cuyos miembros son conocidos como Quakers o Friends. El nombre de "Quaker" fue utilizado por primera vez en 1650, cuando George Fox fue llevado ante el juez Bennet de Derby bajo la acusación de blasfemia. De acuerdo al diario de Fox, Bennet "nos llamó "Quakers" (cuáqueros) porque nos manda a temer ante la palabra de Dios", una referencia bíblica (por ejemplo, Isaías 66:2, Esdras 9:4). Por lo tanto, al parecer, lo que comenzó como una manera de burlarse de la advertencia de Fox por personas ajenas a la Society of Friends (Sociedad de Amigos) se convirtió en un apodo que incluso los Quakers utilizaban para sí mismos.

Avena Quaker no tiene relaciones formales con la Religious Society of Friends (Quakers). Cuando la empresa estaba siendo construida, los empresarios Quakers eran conocidos por su honestidad. The Straight Dope escribe "De acuerdo a la buena gente de Avena Quaker, el hombreQuaker fue la primera marca registrada de Estados Unidos para un cereal para el desayuno, su registro que se realiza el 4 de septiembre de 1877." El nombre fue escogido cuando el socio deQuaker Mill, Henry Seymour que encontró un artículo de la enciclopedia de los Quakers y decidió que las cualidades descritas - la integridad, la honestidad, la pureza - proporcionan una identidad adecuada para el producto de avena de su compañía".


He ahí el porqué...

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